Una reflexión dieciochera

20 sept 2011

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Si bien existe una reflexión constante de muchas personas respecto al fenómeno de la celebración dieciochera en Chile, cuando muchos creen celebrar la libertad que germina una nación. Me gustaría hacer la mía, para compartir la postura y perspectiva entorno a esta fecha y las fechas que van construyendo la llamada identidad nacional.

Lo Contradictorio en el origen

Si es necesario hacer reflexiones respecto a las fechas, es necesario primero entender cual es su origen, o por lo menos tener una noción de lo que significa un 18 de Septiembre. Y en este contexto se parte medio mal cuando se dice celebrar la “Independencia de Chile”. Esto partiendo de la base de que el 18 de septiembre se estableció una Junta de Gobierno, para administrar momentáneamente un territorio, en la espera de que la monarquía de Fernando VII se re-estableciera. Ahora es indesmentible el hecho de que esto abrió paso a la consolidación del “Estado de Chile”, pero hay que detenerse en la idea de lo emancipatorio que se celebra en estos días. Porque hablar de independencia es hablar de que un país o nación no esta sometido a la autoridad de otro, pero eso no necesariamente implica libertad. Esto tiene fuerza en el actual sistema de mercado en el cual la “Independiente republica”, es manejada desde intereses particulares de los grandes grupos económicos, que extienden sus tentáculos a cada espacio y actividad, con solo un fin… el lucrar.

Ahora, el sistema educativo y la tradición cultural han tratado de generar en el imaginario colectivo, que las celebraciones asociadas al 18 y 19 de Septiembre están insertas dentro mantener y exaltar la chilenidad y el patriotismo que tienen su origen en lo  popular, pero cueca chicha y empanada no necesariamente constituyen lo popular. Además se suman los emblemas de la patria que obligadamente se deben de exhibir y el multicolor blanco azul y rojo que define la escenografía que se monta en cada mes de septiembre.

Que es lo que celebramos en realidad, en una sociedad que se dice mayoritariamente pacifica, pero que sin embargo esta llena de fechas históricas militares, de guerra, hambre y tristeza. Que celebrar si la patria es la organización ilícita de unos pocos para robar en la impunidad de sus leyes, nuestros recursos naturales y la vida de lxs trabajadorxs, niñxs y estudiantes, en un sistema de eterna esclavitud. Mientras el ejercito exhibe a pecho inflado su uniforme manchado de sangre y la fach homenajea a 22 personas muertas, olvidan a miles de vidas que ellos mismo tomaron no hace mucho tiempo. Y van tapando sobre sus botas lustradas la memoria de lo que significa realmente el sentido de ocupar y defender el territorio, no de enemigos externos, sino de la abaricia y maldad que ostenta la elite profesional, banquera, militar y politica.

Carabineros  exibe orgulloso su verde uniforme en la parada militar y encada esquina, ese mismo al cual están acostumbrados nuestrxs hermanxs mapuche en cada allanamiento y barrera de registro que deben sortear en su demanda histórica de respeto y tranquilidad. O los miles de estudiantes agredidos durante la historia de la movilización estudiantil.

Celebramos o solo nos embriagamos en el consumo desmesurado de  copete y comida, para olvidar esa dura realidad que vivimos durante el resto de nuestra existencia.

Es mejor entonces no celebrar, sino luchar. Luchar por conseguir la libertad, la autodeterminación. Vivir nuestra vida propia y no la mentira de otros. Tener conciencia del territorio que ocupamos y defenderlo. Darse cuenta de los engaños constantes del poder y los continuos ataques a la dignidad.

Si esto es ir en contra de la patria entonces vamos contra la patria. Y vamos como personas, no chilenos, como habitantes y no como nacionalistas.

Que defendemos, el estado de la salud de muerte y hambre, de la educación en la ignorancia y de la felicidad ficticia.

Muchxs somos llamados antipatriotas y esta bien si la patria es el rostro del asesinato de nuestros hermanos que han luchado a través de la historia por nuestros derechos.

Celebremos entonces a las familias de la pampa que murieron en la lucha de la demanda laboral, a lxs miles que levantaron un gobierno que creían popular, por todos aquellos engañados bajo el discurso de la democracia y celebremos aun mas a todos lxs que hoy en la calle, y en cada espacio tratan de construir un mundo mejor “donde quepan otros mundos”.

Ahora sin chichas y empanas, que pasa con la demanda social???

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